Las monedas antiguas guardan en su haber, un millón de historias respaldadas por el tiempo. Historias del motivo de su propia existencia e historias de las andanzas por las que han pasado. No obstante, parte de esa andadura puede reflejarse en la suciedad que algunas pueden conservar. Una huella que esta sí, es posible de borrar.
Los amantes de la numismática tienen especial fijación por las monedas más longevas. Aquellas que han resistido al paso de los años y eso, las hace únicas. Porque realmente, parte del atractivo de estas piezas es su antigüedad. Disfrutar estudiando sobre ellas y averiguando su origen y misión por las que fueron creadas.
Sin embargo, el gran atractivo de un ejemplar para cualquier coleccionista, es su exclusividad. Sentir que posees algo único, es algo que muchos amantes de la numismática persiguen. Por ello, las monedas antiguas están tan cotizadas. Sin embargo, que una moneda esté sucia o en mal estado de conservación, puede disminuir exponencialmente su valor.
Por este motivo, si tienes monedas antiguas en casa a las que no les habías dado valor, debes saber como limpiarlas para que luzcan como nuevas. De hacerlo mal, podrías estropearlas y perder un auténtico tesoro. Y no es solo su valor monetario, sino que estas piezas, son testigos directos de una época de la que seguro puedes aprender.
La mejor forma de limpiar las monedas antiguas sin dañarlas
La limpieza de monedas antiguas no es difícil por su ejecución, lo es porque de no hacerlo de forma correcta, pueden ser dañadas. Llegado ese momento, significaría perder una pieza de gran valor con la que incluso, podrías haber ganado dinero. Por este motivo, hay que tener en cuenta cómo limpiarlas y con que productos.
Para empezar el proceso, es aconsejable utilizar guantes de hilo o quirúrgicos para manipular las monedas y cogerlas por el canto. Es decir, evitar el manejo directo para limpiarlas. Una vez ejecutada esta preparación, hay que ponerlas debajo de un chorro de agua templada. De este modo, se eliminará la suciedad superficial, como el polvo o la tierra.
Tras ello, deberás aplicar con los dedos un poco de jabón neutro por ambas caras y dejarlas en remojo durante media hora. Por último, debes aclararlas con agua destilada y secarlas con una toalla limpia. Muy importante también es el modo en que se guardan. En este caso lo ideal, es conservarlas con papel o plástico inertes, es decir, sin acidez.
Productos con los que sí se pueden limpiar
Además del jabón neutro que ya hemos mencionado, hay otros productos con los que podemos limpiar las monedas antiguas sin miedo a que se estropeen. Un buen ejemplo de ello, es el bicarbonato de sodio. Aplicar a la pieza una mezcla de bicarbonato con zumo de limón, frotarlas en círculos y aclararlas con agua tibia, las puede dejar como nuevas.
El vinagre blanco, es otro ingrediente con el que se pueden obtener muy buenos resultados. En este caso, lo primero es emplear agua fría para retirar la suciedad más importante. Tras ello, mezcla en un recipiente vinagre blanco con agua templada e introduce las monedas durante 30 minutos. Una vez transcurridos, sécalas con una bayeta de microfibras o papel de cocina.
El alcohol es otro buen producto con el que limpiar monedas antiguas. No obstante, requiere de un proceso más lento. En este caso, debes juntar medio litro de alcohol y tres cucharadas de sal. En esta mezcla, debes dejar sumergida las piezas durante al menos 24 horas. Tras ello, sácalas y enjuágalas normalmente. Por último, el aceite de oliva también puede ser un gran aliado, pero solo para monedas de bronce y cobre.